Cuernavaca, Morelos; 21 de abril de 2019
La secretaria de Turismo y Cultura, Margarita González Saravia, aseguró que el turismo cultural y religioso es uno de los principales detonadores económicos de la zona de los Altos de Morelos, donde se realizan representaciones como Los Sayones, representación que ha trascendido por años y se mantienen como patrimonio cultural de la entidad.
Estos personajes de gran colorido simbolizan de una manera distorsionada a los soldados romanos y otras figuras que también formaron parte de la vida de Jesucristo, por ejemplo los reyes, el motocue y los judas, cada uno con un significado distinto.
Miguel Antonio Arenas Arenas, director de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Tetela del Volcán, explicó que de las 42 festividades que tiene el municipio durante todo el año, las de Semana Santa son de las más importantes, época del año cuando se pueden conocer a Los Sayones, una de las representaciones más antiguas de la zona.
Dicha tradición data de la conquista, especialmente de la temporada de mayor apogeo de la evangelización; los primeros reportes formales se tienen del año 1819, pero ya existían antecedentes de esta representación.
Cada año se incrementa el número y este 2019 se calcula una participación de entre mil 200 y mil 500 Sayones, todos ellos pobladores en su mayoría de Tetela del Volcán y sus comunidades, aunque se han integrado de los municipios aledaños como Ocuituco.
Una de las piezas características del atuendo es el sombrero, elaborado con papel china en técnica de papel picado, en tanto que la máscara está hecha de piel de vacuno; la elaboración y confección de todos los elementos de los trajes forma parte del arte popular.
La elaboración de los trajes comienza desde medio año antes, debido a lo meticuloso que puede ser el trabajo, proceso que también representa la unión familiar ya que participan todos los integrantes.
Cada parte del vestuario tiene un significado, el colorido sombrero es la representación del casco romano, con forma variable que implica el uso para su elaboración desde cien, hasta mil ochocientos pliegos, de acuerdo al tamaño.
Portan un peto que alude al pectoral del soldado, la capa y la enagüilla que alude a la falda del soldado romano y en sus manos llevan un machete que representa la lanza y armadura que estos usaban.
Antiguamente traían huaraches, sin embargo hoy en día llevan bota estilo vaquera y medias, asimilando la piel humana, ya que anteriormente era señal de vergüenza para los hombres enseñar las piernas.
Las representaciones comienzan desde el amanecer del miércoles previo al inicio de la semana mayor. Durante el transcurso del día y madrugada participan en las celebraciones relacionadas con los días santos.
El viernes Santo, en el marco del viacrucis junto con la procesión de la virgen María y San Juan, salen dos contingentes, uno de pobladores vestidos de civiles y otro de Sayones acompañando la imagen del Cristo; estos grupos se encuentran en la calle principal del municipio y juntos suben a la Iglesia de San Juan Bautista, donde se realiza la horca de Judas.
Por la tarde se realiza el sermón de las cuatro palabras, que dura aproximadamente tres horas, y por la noche, pobladores y Sayones realizan la procesión del silencio por todos los barrios, la cual concluye a las siete de la mañana, momento cuando las familias van al río a tener un espacio de esparcimiento en el sábado de Gloria.
Posteriormente, se llevan a cabo ceremonias conocidas como “los dolores de María” en la capilla de San Bartolo, y “la bendición del Fuego nuevo”, en la cual se apagan todas las luces y la gente camina en una procesión desde la capilla de Xochicalco hasta la iglesia de San Juan Bautista.
Durante el domingo de resurrección, los Sayones realizan otra procesión para acompañar al Cristo resucitado y la virgen María; ese día portan veladoras y flores en honor al Santo Entierro, ya que es la imagen más venerada por los varones de Tetela del Volcán, a quien honran con la elaboración de sus trajes y sombreros.
Finalmente, los Sayones realizan una de las partes más llamativas de la tradición que es la quema de sombreros, en la que la gente lanza cerillos encendidos a los sombreros que se consumen en llamas, como significado de la culminación de la semana mayor.