El sector agropecuario en el estado de Morelos se encuentra sumido en una profunda crisis debido a la falta de respaldo por parte de las autoridades competentes. Esta situación ha llevado a la enajenación de terrenos destinados a la edificación de bienes inmuebles, generando como consecuencia una alarmante disminución en la superficie cultivable. Ante este panorama desalentador, se prevé un inminente encarecimiento de los alimentos derivado de una temporada de sequía que se avizora.
El abandono del campo morelense ha acarreado una serie de efectos desfavorables para los agricultores y ganaderos de la región. Uno de los problemas más apremiantes es el constante hurto de las cosechas, ya sean frutales o verduras, perpetrado por individuos deplorables provenientes de comunidades aledañas, tanto de la Ciudad de México como del Estado de México. Esta problemática ha obligado a los campesinos a extremar las medidas de seguridad a fin de salvaguardar sus terrenos y productos.
La presidenta de la Comisión de Desarrollo Agropecuario del Congreso local, Verónica Anrubio Kempis, ha emitido una advertencia ante la escasez de precipitaciones pronosticada para el presente año. Según sus declaraciones, se vislumbra un elevado riesgo de pérdida de cosechas, especialmente en lo concerniente a los alimentos, puesto que la mayoría de las tierras cultivables dependen de la temporada de lluvias. La situación se torna aún más preocupante debido al carácter temporal de dichas tierras.
Por su parte, el director del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) en la entidad, Ricardo Torres Carreto, ha informado sobre una disminución en las unidades de producción agropecuaria. Esta disminución obedece a que los productores y propietarios de tierras han optado por enajenar sus parcelas con miras a la edificación de viviendas, principalmente en zonas residenciales. Este fenómeno de urbanización agrava aún más la crisis del sector agropecuario en la región.
Asimismo, Camelia Domínguez, productora de semillas y hortalizas, expresa su pesar por la inseguridad reinante, la cual ha llevado a que los mismos campesinos organicen guardias para proteger los productos que cultivan, especialmente el aguacate, el nopal y los frutales.
En conclusión, el sector agropecuario en Morelos se enfrenta a una situación crítica debido a la falta de apoyo por parte de las autoridades y a la inminente llegada de una temporada de sequía. La enajenación de tierras para la construcción, el hurto de las cosechas y la disminución en las unidades de producción agravan aún más esta crisis. Resulta imperativo adoptar medidas urgentes para revertir esta situación y asegurar la disponibilidad de alimentos en la región.
